Jorge Hank Rhon es un personaje controvertido, polémico. Le gusta ser diferente, con todas sus consecuencias. No cualquiera en estos tiempos tiene 19 hijos. Aficionado a los animales exóticos.
Cuando llegó a la boda de etiqueta del ahora diputado Arturo Escobar, iba de Chamarra. Nadie le dijo nada en uno de los lujosos salones de fiesta del municipio mexiquense de Huixquilucan y mucho menos lo marginaron. Por el contrario, era el centro de atención de los personajes de la política.
En su primer año en la liga mayor de futbol, su equipo Xoloitzcuintles, aunque en el papel aparece su hijo Jorge Alberto como propietario, logró el campeonato, con la emoción y felicidad que esto representa para los tijuanenses y bajacalifornianos. Baja California, una entidad más beisbolera que futbolera.
La popularidad alcanzada por los Xolos puede influir para que Hank nuevamente sea considerado como aspirante al gobierno estatal.
Después de los sobresaltos policiacos y la muerte de su esposa, ha procurado y conseguido ser discreto. Ha dejado que su hijo Alberto de la cara en lo relacionado con el futbol.
Heredero del profesor Carlos Hank González, quien fuera gobernador en el estado de México y regente en el Distrito Federal, además de secretario de Turismo y de Agricultura y autor de la frase “un político pobre es un pobre político”, que distaba de ser su caso.
Jorge tampoco es un pobre político, pero no es el único apuntado para la gubernatura ni la corona de los Xolos le garantiza la candidatura.
Estará en la jugada y si mediáticamente consigue blindar su imagen, aumentarán sus posibilidades de anotar el gol.
Hank Rhon puede anotar gol
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