Por unanimidad, el Consejo General del INE destituyó a la consejera presidenta del instituto electoral de Campeche Lirio Guadalupe Suárez Améndola. Se comprobó que realizó actividades que no estaban dentro de sus atribuciones, en particular designar un encargado del Órgano Interno de Control del propio instituto, cuando por ley es competencia del Congreso Local. Sin discusión, en sesión extraordinaria del Consejo General del INE, consejeras y consejeros aprobaron el proyecto de resolución de 82 páginas que precisa las infracciones a la ley cometidas por Lirio Guadalupe y las declaraciones de ella para justificar su actuación indebida. Ahora el INE llevará a cabo en lo inmediato la designación de una presidenta o presidente transitorio. Se mantendrá en el cargo en tanto se realiza el proceso de elección del nuevo o nueva titular del Instituto Estatal Electoral del estado de Campeche. Lirio Guadalupe también había sido acusada de tráfico de influencias. Es el primer caso de este nivel y características que se registra en el año electoral 2023-2024.
Lo más simple y sencillo es descalificar al senador Gerardo Fernández Noroña por su estilo, por su vehemencia y porque sabe inyectar ácido a sus palabras cuando quiere que la oposición se sulfure. Quien lo busca, lo encuentra, no duda en reaccionar ante lo que considera una agresión o injusticia. Luis Donaldo Colosio, malogrado candidato presidencial priísta, diría que es un auténtico producto de la cultura del esfuerzo, al verlo sentado en la presidencia de la mesa directiva del Senado. El propio Noroña se ha identificado como plebeyo, sin rubor alguno, orgulloso de su origen. Para nada tierne empacho en pregonarlo a los cuatro vientos, presume su naturaleza. No se oculta ni se avergüenza. Abierto a lo razonable, sabe escuchar argumentos. Cuando en el pleno de la Cámara de Diputados llegó a tener diferencias con Porfirio Muñoz Ledo quien presidía la mesa directiva, lo platicaron en corto y nunca más chocaron en la interpretación del reglamento legislativo. El respeto y amistad significaron su relación. Ha sido uno de los principales defensores de Andrés Manuel López Obrador, aunque no se ha quedado callado cuando un posicionamiento no le ha parecido. Por semanas se quejó de que el tabasqueño no lo incluyera entre los aspirantes a la candidatura presidencial. Tampoco guardó silencio cuando sintió que no recibía el reconocimiento justo por el lugar que ocupó en la competencia de los presidenciables de Morena y sus aliados. Demostró que es real la empatía que tiene con la gente, con el pueblo. Las encuestas lo confirmaron. Después de su jefa la doctora Claudia Sheinbaum, es uno de los cuadros más mediáticos del partido Morena. Por esa fuerza o capacidad que tiene para atraer votos, cualquier organización política lo quisiera en sus filas. Con votos se ganan elecciones y su perfil es de gran ayuda para conquistar el apoyo popular. Se define como luchador social, activista y lector. Sociólogo por la Universidad Autónoma Metropolitana. Otra de sus fortalezas es su habilidad para debatir en la tribuna parlamentaria. Conoce perfectamente a sus adversarios; les tiene tomada la medida, sabe lo que les incomoda. Es cáustico cuando lo considera necesario y le funciona. Ha sido el arma principal de las bancadas a las que ha pertenecido cuando suben de tono los ataques en tribuna. Se ha forjado en la lucha cotidiana, la posición que ahora tiene se la ha ganado a pulso. A nadie debería sorprender que sea presidente de la mesa directiva del Senado y que haya sido elegido prácticamente por unanimidad, solo el voto en contra de la panista Lilly Téllez, quien ya advirtió que planea hacerle “la vida de cuadritos”, con su acostumbrada mordacidad que le ha caracteriza desde que salió de las filas de Morena. Gerardo Fernández Noroña puede ser insoportable para algunos, nada más que si todos los grupos parlamentarios aceptaron su ascenso, es indiscutible que tiene ganado el reconocimiento como legislador. Quizás los panistas prefieran tenerlo ahí sentado que en la tribuna echándoles en cara su pasado y llamándolos “paniaguados”. Ya se verá si Noroña resiste los embates de Lilly, decidida a provocarlo y sacarlo de quicio. Sin embargo, el morenista conoce la ley y el reglamento del Congreso, como pocos, así que seguramente sabrá aplicarlo para que prevalezca el orden en las sesiones senatoriales.
Dentro de la reforma judicial en la que trabaja el poder legislativo sobran razones por las que se ha considerado necesario mejorar el sistema de justicia en México. Hay consenso en ese sentido. Hay ejemplos imperdonables que ponen en entredicho la impartición de justicia, por errores, negligencia o abuso. Cuando la autoridad judicial determina que la inocencia de una persona es irrevocable y que por lo tanto el caso ha causado ejecutoria o es cosa juzgada, se da por hecho que todo acabó. El poder judicial no le puede ni debe decir a nadie que las resoluciones de inocencia son irrevocables y al día siguiente ignorarlas, porque entonces habría que preguntarle a la autoridad que entiende por irrevocable. Irrevocable, según el diccionario de la Real Academia Española, significa que la resolución es definitiva, ya no se puede anular. Es una grave violación a los derechos humanos que la misma autoridad desconozca el alcance del término irrevocable. Con qué cara le puede decir al enjuiciado que lo de irrevocable y cosa juzgada eran de mentiritas. Durante los diálogos sobre la reforma judicial que organizaron la Cámara de Diputados y otras instituciones como la UNAM y el propio poder judicial, los juzgadores pidieron pruebas que expliquen y justifiquen la reforma. Uno: es un mandato popular, expresado en urnas en las pasadas elecciones del 2 de junio. Dos: no es casual que se diga y se repita que hay inocentes en prisión. Tres: hasta el embajador estadounidense Ken Salazar quien, como extranjero, pecó al opinar de asuntos que solo competen a mexicanos, habló de corrupción del poder judicial. Cuatro: jueces, magistrados y ministros son humanos y pueden equivocarse, no son perfectos. Hay un acuerdo fechado el 15 de diciembre de 2016 (causa penal 103/2012-II) donde el poder judicial declara irrevocables dos resoluciones de inocencia a favor del acusado y por lo tanto “cosa juzgada”: “En consecuencia, con sustento en la última parte, párrafo primero del artículo 102 de la legislación procesal aplicable, se declara que dicho fallo es irrevocable y por ende, ha causado ejecutoria para los efectos legales a que haya lugar”. A pesar del acuerdo, el proceso fue reabierto por malos juzgadores y revertido en contra del afectado. Un caso de este tipo en materia penal solo puede reabrirse cuando se presentan nuevas pruebas; nunca se presentaron. Por si algo faltara en este asunto que puede verse como una vergüenza para el poder judicial, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que no entró al fondo al resolver recurso de revisión (246/2023), aprobó el proyecto del ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá que dejó firme la sentencia contra una persona que ya había sido declarada inocente, de manera irrevocable. En otras palabras, se juzgó a la persona dos veces por el mismo delito, hasta conseguir condenarlo. Todavía se puede enmendar el error, porque existe la figura de “reconocimiento de inocencia”, que también tocaría atender a dicha primera sala de la Corte. Si los ministros y ministras González Alcántara, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Margarita Ríos Farjat y Loretta Ortiz no quieren pasar a la historia como los juzgadores que toleraron se juzgara dos veces por el mismo delito, todavía están a tiempo de rectificar, en aras de que prevalezca la justicia. Es de sabios corregir.
Ese dicho de que si es bella no es inteligente, nunca ha correspondido al perfil Ifigenia Martínez. Siempre ha tenido los dos ingredientes. Ifigenia es decana como diputada y senadora. La más longeva, ninguna otra mujer con su edad en el poder legislativo. Lo que voy a contar de la maestra nunca antes se ha dicho. Son lecciones de vida que la describen como mujer lúcida, inteligente y congruente. La primera mexicana con estudios de posgrado por la Universidad de Harvard. Doctora en Economía, maestra de políticos de distintos partidos. En los setentas, por su destacada trayectoria como economista, el PRI la hace diputada federal. Le asignan la presidencia de la Comisión de Programación, Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados. Como presidenta de dicha comisión, vota en contra de la iniciativa del entonces presidente de México, José López Portillo. La diputada Ifigenia Martínez opta por ayudar a jornaleros agrícolas, inconformes con la política de gobierno hacia el campo. No se alinea como lo hacen sus demás compañeros de bancada. José López Portillo reclama a Muñoz Ledo, quien era dirigente del PRI, por permitir que la diputada Ifigenia votara en contra. Porfirio la defiende por hacerlo en conciencia y razonadamente. Destaca sus ideales y congruencia. Cuando termina su periodo como diputada, López Portillo intenta hacerla subsecretaria, pero en ninguna secretaría la querían. No la querían por su rigor académico, por su inteligencia y porque sabía defenderse. El mismo presidente llega a decirle que era difícil colocarla en alguna dependencia. Por fin le encuentra lugar. La hace embajadora adjunta de México ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El embajador titular era su amigo Porfirio Muñoz Ledo. En esta etapa se fortalece la amistad entre Ifigenia y Porfirio. No solo se tratan como grandes amigos, sino como hermanos. Ifigenia Martínez Hernández fue fundadora del PRD. En su casa de Coyoacán en la Ciudad de México se reunían los perredistas. Frente a donde se sentaba, sobre la mesa, ponía un grillo de plata. Decía que la grilla se hace de noche. También tenía el detalle de colocar una fotografía de Benito Juárez en su sala, porque sabía de la admiración de Andrés Manuel López Obrador por el benemérito de las Américas. Amiga del cubano Fidel Castro, en 2004 viaja a la isla de Cuba con el encargo de entregarle un reconocimiento, la medalla Benito Juárez. La maestra llega a Cuba acompañada de su familia. Después de la solemne ceremonia, Ifigenia, sus hijos y nietos regresan al hotel. Eran las ocho de la noche. Manda a dormir a toda la familia. La maestra se va a la cena con el comandante Castro y todo su gabinete. Ifigenia retorna al hotel a las tres de la mañana. En 2021, la maestra recibe la medalla Belisario Domínguez, la máxima presea que otorga el Senado. El 1 de otubre Ifigenia Martínez y la Doctora Claudia Sheinbaum escribirán juntas una página que no tiene precedente, las dos en su calidad de mujeres: una mujer, diputada, con trayectoria reconocida por todas y todos, le entregará la banda presidencial a otra mujer, a la primera mujer presidenta en la historia de México.
Quienes no están de acuerdo con la iniciativa sobre la reforma judicial, desde su presentación cuestionaron la capacidad de votar de los mexicanos, pusieron en duda que puedan distinguir entre un mal juzgador y otro que cumple con su responsabilidad. No es posible que los conozca, ha sido su repetida afirmación. De entrada, pasan por alto que se haría una selección de aspirantes, de acuerdo con sus perfiles, antes de llegar a la votación. En el proceso de elección participarían candidatos y candidatas calificadas, con experiencia y grados académicos. ¿Todos y todas serían conocidos para el pueblo? Muchos sí, el pueblo los ha padecido, no es casual que se diga que hay mucha gente inocente en prisiones. ¿Y a qué se debe? A juzgadores que carecen de ética, que responden a consignas, venganzas y condenan con parcialidad, sin importarles que sus malas resoluciones destrocen patrimonios, familias y reputaciones. No es el caso de todos, se entiende y acepta que hay juzgadores que cumplen su misión, nada más que no ha sido suficiente, por eso el reclamo de la sociedad por renovar al poder judicial. El ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá no tuvo que esperar mucho después de subestimar el voto del pueblo, pronto recibió respuesta del diputado Gerardo Fernández Noroña. Ahora resulta que el pueblo sabe elegir a los poderes ejecutivo y legislativo, pero no al judicial, argumentó Noroña. El propio ministro tuvo que reconocer que su valoración no era acertada y optó por ajustarla. Claro que el pueblo ha sabido elegir a integrantes de los distintos poderes, en particular del legislativo y ejecutivo. En el caso de los miembros del poder judicial, ha sido distinto, por los procedimientos elitistas establecidos para el nombramiento de juzgadores. Ejemplos de actos indebidos de juzgadores: -Juez Eduardo Torres Carrillo: en 2012 violó el artículo 19 de la Constitución al no resolver en 72 horas la situación jurídica de un detenido. Al prolongarse el tiempo, en este lapso el afectado fue torturado. El juez no fue ni amonestado, en su lugar lo ascendieron a magistrado. -Ministro Luis María Aguilar: justificó y exoneró al juez de haber violado el artículo 19 de la Constitución. -Magistrados Lilia Mónica López Benítez y Jorge Fermín Rivera: reabrieron un proceso que ya había causado ejecutoria, existía resolución de inocencia irrevocable en favor del procesado. La magistrada fue incorporada al Consejo de la Judicatura Federal y el magistrado se jubiló. -Magistrada Graciela Guadalupe Rodríguez Escobar: resolvió dar por terminado un proceso penal y ordenar la reclusión del sentenciado cuando ya estaba en trámite recurso de revisión ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. La magistrada tuvo que rectificar, sin que para nada fuera llamada a cuentas por el Consejo de la Judicatura. -Ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá: a pesar de que por meses le solicitaron el derecho de audiencia, nunca lo concedió y presentó proyecto de resolución para desechar recurso de revisión y dejar firme sentencia en contra del afectado. Son nombres de juzgadores que cuando llegue el proceso de votación deberán de ser analizados, por si resulta que no son los únicos actos en los que actuaron de manera indebida. Todos y todas las aspirantes a juzgadoras estarán bajo el escrutinio del pueblo.