Hasta ahora las encuestas no favorecen al presidente de los Estados Unidos Donald Trump en su aspiración de conservar el poder el próximo mes de noviembre, cada vez más cerca.
Lo mismo sucedía en el anterior proceso, aunque entonces en las cifras y en un importante sector de los estadounidenses, era evidente que estaba en condiciones de ser digno rival y hasta de ganar, como sucedió.
Hoy la situación es muy diferente, enfrenta un problema de salud con el que no contaba, con la pandemia que su administración no ha podido controlar y mucho menos vencer. Siguen los contagios y fallecidos, hasta el 22 de agosto, 179 mil 200 muertos.
Si en 60 días no se revierte esa trágica tendencia, el panorama electoral para Trump sería adverso, con mucha gente inconforme y decidida a darle la espalda, emitir el voto en contra.
Le cobrarían que haya minimizado el problema en un principio y la negativa inicial a usar cubre bocas; sobre todo, que la estrategia de salud no haya funcionado para atajar la pandemia.
Solo podría salvarlo y recuperar terreno en la recta final de la competencia si surge la vacuna en contra del Covid-19, si se aplica el antídoto a toda la población norteamericana antes de noviembre. De lo contrario, deberá tener listas las maletas para dejar la Casa Blanca.
La vacuna puede salvar de la muerte a miles de norteamericanos y a Donald Trump de la derrota electoral.
El tiempo corre en su contra, lo sabe. Debe de estar ansioso de que los científicos de su país terminen las pruebas y anuncien que la vacuna está lista. Su gobierno ya debe tener la estrategia para la pronta aplicación. No se ha dicho, pero la vacuna podría ser gratuita, como en otros países.
Sería el escenario ideal para quien va en busca de la reelección, aparecer como héroe o salvador justo días antes de los comicios. Escenario que en este momento nadie se lo puede garantizar.
Además, aun así, no podría dar por hecho su triunfo, porque faltaría el juicio de la sociedad sobre su gobierno, la calificación sobre si llega a las elecciones con más puntos positivos o negativos, si cumplió promesas de campaña, si le dio mejor estatus al pueblo en general, mejoró la economía, más empleos, calidad de vida, incremento en ingresos familiares, menos pobres, o decepcionó con sus planes y ocurrencias, con sus reacomodos y despidos de colaboradores.
No es el único que podría sufrir la caída electoral por la pandemia, en México también le puede pasar lo mismo al partido dominante, en las elecciones que se realizarán el próximo año.
La vacuna puede salvar a Trump
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