Para los juegos olímpicos invernales que se realizarán en Sochi, Rusia, del 7 al 23 de febrero próximo sólo está apuntado un mexicano y no tiene ninguna posibilidad de ganar medalla.
Se trata de Hubertus Rudolph von Fürstenberg Hohenlohe-Langenburs, de 54 años de edad, clasificado para participar en la prueba de slalom.
Por supuesto que sus raíces familiares no son nopaleras sino alemanas y de alcurnia, descendiente de la familia real de Württemberg. Su papá introdujo el Volkswagen a México y su mamá de sangre azul italoalemana.
El alpinista nació en el Distrito Federal y además de esquiar, le gusta el canto y la fotografía. También le sabe a los negocios.
Ha participado en diversos juegos invernales y en todos los casos ha hecho válida la máxima consoladora de que lo importante no es ganar sino competir.
Para esta ocasión, la transmisión de los juegos olímpicos invernales de Sochi en nuestro país van por cuenta de Carlos Slim (América Móvil), quien se puso listo y le ganó los derechos a Emilio Azcárraga Jean (Televisa) y Ricardo Salinas Pliego (TV Azteca).
Slim tiene los derechos para transmitir los juegos en Latinoamérica, a excepción de Brasil.
En México el segundo hombre más rico del mundo ya firmó acuerdo con canal 22 y otra treintena de medios estatales y locales.
Si Televisa y TV Azteca quieren difundir los juegos, tendrían que pagarle a Slim. Y si esta vez no se ponen de acuerdo, las dos grandes televisoras se pueden quedar sin la imagen de los juegos olímpicos de verano de 2016, porque Slim también ya tiene los derechos de transmisión en su bolsillo.
Recientemente las televisoras de Ajusco y avenida Chapultepec se quedaron sin transmitir la final del futbol de primera división, porque se les atravesó el mismo Slim con el equipo campeón León.
Sin embargo, la afición no se quejó porque hubo medios alternativos para ver el partido.
La historia se repite con los juegos de Sochi 2014.
Sólo un mexicano en Sochi, Rusia
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