Sin ser expertos en ecología, ni integrantes de Green Peace ni militantes de partido verde alguno, nos consta, como habitantes de este planeta, que las estaciones del año ya no son las mismas y los fenómenos meteorológicos cada vez son más extremos.
Primavera sufre alteraciones y a veces parece verano, otoño o invierno. Lo mismo ocurre con cada estación; en serio y en broma decimos que se ha perdido esa identificación de los climas.
Hay un cambio climático que ojalá sea reversible, que con la acción coordinada de las naciones vuelva a su estado si no original, por lo menos estable, que frene el daño ocasionado por los propios “humanos”.
No es casual que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) esté convocando para una Cumbre sobre el Cambio Climático, porque el reclamo de la naturaleza sigue creciendo.
Ante el deterioro ocasionado lo que vemos es una naturaleza que empieza a cobrárselas y con sangre, porque las heladas extremas, congelamientos inusuales, calores cada vez más intensos, el incremento y fuerza de huracanes y ciclones en el mundo, inundaciones fuera de la temporada de lluvias, aire contaminado, deshielos en zonas gélidas, van sumando pérdida de vidas y daños materiales incalculables.
Por eso la urgencia de cuidar nuestros bosques, regiones árticas, las áreas verdes, lagos y ríos, mares, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, procurar la creación de empresas limpias que no atenten contra el equilibrio ecológico y reforzar una cultura de respeto al medio ambiente.
El tema puede sonar a “rollo”, a palabrería hueca, a más de los mismo, al cuento de la caperucita, pero lo cierto y los hechos son palpables, el destino ya nos dio alcance y la naturaleza está cobrando cuentas, por el comportamiento humano empeñado en destruirla.
La Cumbre de la ONU está programada para septiembre, sin embargo, las alertas de los expertos y estudiosos del cambio climático tienen años de sonar y lo saben los países.
Nadie está exento de las consecuencias, en México hemos visto lo ocurrido en Guerrero con las inundaciones y construcciones inmobiliarias en zonas de riesgo; también en Tabasco, en pleno invierno, ha sufrido inundaciones; los fríos más sentidos en los estados del norte del país e incluso en el Distrito Federal; pronto vendrán los calores, las temperaturas cada vez más altas.
Proteger la naturaleza es deber de todos, de cada uno de los habitantes del planeta; aquí, en la ciudad de México, podemos contribuir, por ejemplo, con no tirar la basura en la calle, cuidar el agua y respetar las zonas verdes; fomentando la cultura ecológica por el bien de nuestros hijos.
SOS de la ONU por el planeta
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