La apuesta de los partidos políticos chicos o pequeños para las elecciones del 2018 en México, en primer lugar, es por la conservación del registro.
Solos, en lo individual, puede volverse muy complicado mantenerlo, por la veleidad y desencanto del electorado; por eso, para ellos son convenientes las alianzas, igual que para los “grandes”
Ninguno de los pequeños tiene cuadros o militantes con posibilidades reales para llegar a la presidencia de la República. No hay un nombre con el perfil para ser considerado por la sociedad como opción. En los medios de comunicación no se cita a nadie.
Pareciera que lo único que les importa es lograr o superar el porcentaje de votación que exige la ley (3 %), indispensable para no perder el registro ni el financiamiento público.
Las condiciones del proceso, la probabilidad de que la competencia por la presidencia sea cerrada, con diferencia mínima entre el primero y segundo lugar, como sucedió en el 2006, representa una ventaja extra en sus planes para seguir dentro del presupuesto.
En una final de fotografía entre los “grandes”, los votos de los pequeños marcarían la diferencia. Por eso el interés de las principales fuerzas políticas por aliarse con uno o varios, porque les ayudaría a ganar las elecciones, como recientemente ocurrió en el proceso del Estado de México.
Partidos chicos o pequeños se darían a desear. Apoyarían al que mejores condiciones les ofrezca, posiciones políticas, cargos en el poder ejecutivo o espacios en el legislativo.
Sin embargo, también tienen que ser cuidadosos al decidir con quien se la van a jugar en el 2018, lo ideal para los pequeños sería unirse al que tenga más posibilidades de triunfo.
Cierto, con cualquiera de los cuatro “grandes” (PRI, PAN, PRD, Morena) conseguirían mantener el registro, pero no con cualquiera de los cuatro llegarían a la residencia oficial de Los Pinos.
Por lo pronto, el Partido del Trabajo (PT) que tiene en su historial la versión de que fue creado por Raúl Salinas, ya dio color y está dispuesto a respaldar la candidatura del partido Morena.
El PVEM, fundado por Jorge González Torres, estaría más cerca del PRI, como se vio en el estado de México.
Movimiento Ciudadano, antes Convergencia, tiene un líder (Dante Delgado) con la inteligencia para no exponer el registro de su partido. Esperará a conocer las ofertas de todos los posibles aliados.
Nueva Alianza, fundado con el apoyo de la profesora Elba Esther Gordillo, tiene ahora una dirigencia que se ve comprometida con el partido en el poder.
Encuentro Social también dio señales de sus afinidades en la elección del Estado de México y difícilmente las cambiaría.
Por lo tanto, queda claro que partido “grande” necesita alianzas para aumentar las posibilidades de ganar. Y partido pequeño que no haga alianzas, en lo individual, no tiene garantizado conservar el registro.
Apuesta de partidos chicos
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