El avión que no se vende

Política
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Vender un avión no es sencillo y menos cuando se trata del Boeing 787-800 con características especiales, remodelado, que no a cualquier comprador podría interesar.
Imposible que haya larga fila de clientes. De entrada, descartadas las líneas aéreas comerciales, porque sus necesidades son diferentes. Tendrían que reordenar el interior. El modelo comercial tiene capacidad para 184 pasajeros, el presidencial mexicano TP01, utilizado por Enrique Peña Nieto, solo cuenta con 80 lugares. Así que las empresas aéreas no lo van a comprar.
Hacerlo, significaría gastar más de lo que invertirían en uno nuevo. Además, los aviones, como las computadoras, teléfonos y otros aparatos digitales, pronto se modernizan, surgen modelos mejorados.
En el caso de los aviones, ya existen el Boeing 787-900 y el 787-10. El primero con 274 plazas y el segundo 338. Más ligeros, menos contaminantes, menos ruidosos, mejor iluminación interior y accesorios de alta tecnología para el viajero. Aeroméxico compró 10 del primero. El segundo, el más avanzado de los comerciales, hasta ahora, lo tienen KLM, Lufthansa y United Airlines.
Al principio, cuando se puso a la venta, parecía que el TP01 mexicano, que en el 2012 tenía un costo de 218 millones de dólares, se vendería de inmediato. Con oficina, sala de juntas, recamara, regadera, caminadora y capacidad de vuelo directo de México a Europa, sin detenerse a cargar combustible.
Como sucede con casi todo lo nuevo que deja de serlo, pierde valor con el paso del tiempo. Según el reporte oficial, el avalúo lo colocó en 130 millones de dólares. El precio iría en descenso de no ser adquirido en un plazo razonable. No aumentaría de valor aunque lo haya usado un presidente mexicano y menos si el gobierno de éste terminó desacreditado.
¿Es negocio comprarlo?
El adquirente tendría que ser genio de las finanzas y contar con mucho dinero para darle mejor uso, recuperar la inversión y obtener ganancias.
Hubo un ofertante mediático que habló de comprarlo, rentarlo y prestárselo al actual presidente. El mandatario mexicano no se subiría y seguramente tampoco habría clientela para pagar renta o alquiler de avión con esas características.
Los multimillonarios en dólares, de la nacionalidad que sean, difícilmente lo comprarían, porque tienen tanto dinero, que es muy probable ya cuenten con avión, y si planearan comprar otro, la lógica dice que optarían por uno nuevo. Tampoco hay adinerados coleccionistas de aviones, como algunos lo hacen con automóviles clásicos o antiguos.
En este contexto, complejo que se venda el TP01, salvo que alguien esté dispuesto a correr el riesgo de perder su dinero.

Arturo Zárate Vite

 

 

Maestro en Periodismo Político por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Titulado con mención honorífica.

Se ha desempeñado en diversos medios, entre ellos, La Opinión (Poza Rica, Veracruz) Radio Mil, Canal 13, El Nacional, La Afición y el Universal.

Más de cuatro décadas de experiencia, especializado en la información y análisis político.

Ejerce el periodismo desde los 16 años de edad.

Premio Nacional de Transparencia otorgado por la Secretaría de la Función Pública, IFE, Consejo de la Comunicación, Consejo Ciudadano por la Transparencia e Instituto Mexicano de la Radio.

Su recurso para la protección de los derechos políticos electorales del ciudadano logra tesis relevante en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con el fin de conocer los sueldos de los dirigentes nacionales de los partidos.

Además, ha sido asesor de la Dirección General del Canal Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Coordinador General de Comunicación y Proyectos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

Autor del libro ¿Por qué se enredó la elección de 2006, editado por Miguel Ángel Porrúa.